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divendres, 27 de maig del 2016

INDICADORES PARA SOSPECHAR UN DÉFICIT AUDITIVO


Una buena percepción auditiva es imprescindible para el desarrollo del lenguaje oral y la adquisición correcta del habla.
En el ámbito escolar, una audición correcta es indispensable para acceder a las explicaciones y contenidos de aprendizaje y establecer unas adecuadas interacciones con adultos e iguales.
Por todo ello, es de gran importancia detectar posibles problemas de audición para llegar lo antes posible a un diagnóstico.

A continuación se presenta una serie de indicadores que pueden hacer sospechar de la presencia de una pérdida auditiva:
  • No reacciona a los sonidos.
  • No vuelve la cabeza cuando se le llama.
  • No identifica qué sonido ha oído.
  • No señala las cosas que se le nombran.
  • No presta atención durante el relato de cuentos.
  • Es necesario elevar la intensidad de la voz para que comprenda.
  • El niño observa detenidamente la cara del que le habla.
  • El niño se queja de que no oye o de que oye pero no entiende.

Se aprecia un retraso en el desarrollo del lenguaje oral:
- A los 2 años no entiende órdenes sencillas si no se acompañan con gestos, señalizaciones o referencias contextuales, no identifica las partes del cuerpo que se le nombran y no hace frases de 2 palabras.
- A los 3 años no repite una frase de dos o más palabras, no contesta a preguntas sencillas y no se le entienden las palabras que dice.
- A los 4 años no sabe contar lo que le pasa y no mantiene una conversación sencilla.
- A los 5 años tiene todavía un lenguaje difícil de entender y no sabe mantener una conversación con otros niños.

Si se dan varios de estos indicadores es necesario valorar la habilidad auditiva de forma individual y en una situación preparada para ello.
Como material de evaluación se puede utilizar:
  • Prueba de valoración de la percepción auditiva. Explorando los sonidos y el lenguaje de Antonia Mª Gotzens Busquets y Silvia Marro Cosialls.
Para un primer despistaje, se pueden seleccionar del bloque II de lenguaje las pruebas de reconocimiento auditivo de palabras y frases (1.3 y 1.4) y las de discriminación auditiva de palabras y frases (2.1 y 2.2).
Si no se tiene esta prueba, se puede utilizar como material de evaluación una selección de vocabulario básico y de frases
sencillas. Si su habla es poco inteligible, se buscarán imágenes representativas del lenguaje seleccionado. El proceso de evaluación consta de dos partes:
- En la primera, el niño debe repetir la palabra o frase que ha oído o bien señalar la imagen correspondiente (en el caso de tener problemas de habla), evitando que vea la cara del examinador.
- En la segunda, se realiza esta misma actividad pero esta vez el niño puede ver la cara.
Es necesario que el nivel de atención en las dos pasaciones sea el mismo.
Comparando los resultados de la primera y de la segunda pasación se obtiene una apreciación de la habilidad auditiva del niño. Si los resultados son mejores en la segunda pasación, el niño puede tener necesidad de apoyarse en la labiolectura para compensar un posible déficit auditivo.
Si se confirma la sospecha, se hablará con la familia para contrastar con ella la información recabada
y recomendar una valoración por parte del otorrino.
La derivación al otorrino se realiza a través del pediatra y conviene aportar un pequeño informe, justificando la sospecha de déficit auditivo. Para más información, se puede consultar en las siguientes páginas Web:

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